Anuit Sosa tiene 34 años y nació en Río Grande. Es docente, incursionó en la peluquería exclusiva para cabellos con rulos; es actriz, dramaturga, mamá, esposa, tía, amiga y compañera, entre muchas otras cosas que la hacen una mujer única.
Hoy, Anuit transita su vida bajo la condición de paciente oncológica, y con mucha esperanza accedió a contar su historia.
“Ya antes de quedarme embarazada, tenía un bultito y me controlaba todos los años. Me cruce con médicos que no me prestaron atención, las excusas era que por la edad no podía ser, que el bulto no era nada, pero pude escuchar mi cuerpo, insistí y me seguí haciendo controles”, explicó.
“Me quede embarazada, y fue un momento hermoso de mi vida, pero el bulto seguía estando, llegaron incluso a decirme que durante el embarazo no se hacían mamografías, pero seguí insistiendo, hasta que encontré un médico que accedió a realizarme el estudio, mientras el bulto crecía y además me dolía”, dijo Anuit.
“Cuando mi beba tenía 4 meses, me diagnosticaron cáncer de mama. Sentí que se me caía el mundo, pensé en lo peor, que mi hija se iba a quedar huérfana, que me iba a morir. Tenía cáncer. Después de llorar mucho, me empecé a preguntar cosas, como por ejemplo, ¿Qué es el cáncer?, ¿Qué lo alimenta?, ¿por qué no decimos la palabra cáncer”, y sonrió entre pregunta y pregunta, y agregó que las cosas hay que decirlas como son y sin eufemismos.
Más allá del proceso de quimio terapia que Anuit ya concluyó, en los que tuvo dolores en el cuerpo, sensibilidad en manos y pies, cansancio, vómitos, entre otras reacciones propias de su cuerpo al tratamiento que estaba recibiendo, “lo más doloroso fue dejar de darle la teta a Luan, porque lo disfrutábamos mucho”, sin embargo, para comenzar con la quimioterapia, era necesario que la pequeña deje de tomar la teta. 
Si, Anuit tenía cáncer, y tuvo la fortuna de contar con una familia que no sólo la acompaño, sino que la llenó de amor, a ella, a su pareja y su hija, porque más de una vez los abuelos de Luan, que hoy tiene 1o meses, debieron hacerse cargo de los cuidados.
A lo largo de estos seis meses de proceso, Anuit tuvo alti-bajos emocionales, sin embargo, “porque soy actriz, necesitaba transmitirlo y contarlo”, es por ello que decidió, casi en un día a día, contar a través de historias de instagram, como batallaba contra el cáncer, asegurando en más de una oportunidad que no quería que la gente sintiera lástima por ella, y en todo caso, pedía que le mandaran buenas vibras, buenas energías, oraciones, o lo que cada persona creyera.
La mujer está en la mitad del proceso, ahora resta que en unos días, la operen y saquen lo que quedó de los nódulos cancerígenos malignos, y parte de la zona que podría llegar a tener otras células afectadas.
Anuit hizo cada cosa que le recomendaron los profesionales médicos, sin embargo, como mensaje dijo: “háganse los controles ginecológicos y mamarios, háganse el autoexamen, escuchen su cuerpo, si los médicos les dicen que son muy jóvenes para hacerse una mamografía, pero sienten que algo esta mal, insistan, cuiden su cuerpo, el cáncer de mama lo pueden tener hombres y mujeres y no crean que se van a morir, porque si se detecta a tiempo, se puede detener y curar”.
Con una amplia sonrisa, Anuit volvió a agradecer a su pareja y también a su familia, amigas y amigos, que la han acompañado en este proceso que aún no termina, pero al que sin duda, le ganó una batalla y ahora, resta disfrutar la vida y seguir proyectando a futuro.
